Llegamos a Sa Granja en Esporles muy prontito, y accedimos a otro mundo, al mundo del pasado, como si el reloj se hubiera parado hace siglos. Es un palacio-mansión señorial enorme, con salones, teatro, habitaciones, taller de costura, cocinas inmensas con todos sus utensilios, habitaciones infantiles para juegos, con todos los juguetes que te puedas imaginar, dispensario médico con aparatos de obstetricia, oftalmología, etc… y también tienen talleres para abastecerse totalmente: zapatería, joyería, relojería, telares para hacer alfombras y telas, tintes para darles color, farmacia y laboratorio para hacer medicinas y hasta sus propios perfumes, alfarería, herrería, prensas para hacer aceite y vino. Vamos que los señores Vidal, o Fortuny, antiguos propietarios, no tenían necesidad de salir a comprar al super, jejeje, tenían maquinaria y mano de obra que les abastecían de todo lo que pudieran necesitar, además como los vasallos no hicieran lo que ellos ordenaban les esperaban las mazmorras que también se pueden ver y dan miedo, ¡ah! y allí también había unas caretas de hierro muy feas y que parecían muy incomodas, en un cartel explicaba que se lo ponían a las mujeres desobedientes y que tenían la osadía de pensar por sí mismas y exponer esos pensamientos, además una vez que les ponían esas mascaras todo el mundo sabía su delito y tenían permiso para maltratarlas sin miramientos, algunas incluso morían de los golpes recibidos. Y aquí quiero dar las gracias a todas las féminas que a lo largo de los tiempos han luchado por nuestros derechos.
Los jardines son preciosos, tienen flora y fauna, desde burros a faisanes, y cascadas, fuentes de agua y lagos y un horno para quemar y hacer carbón.
Es mejor que Fede os ponga fotos, porque era todo tan grande y bonito que es difícil de explicar. Cuando le de la gana a Fede o tenga tiempo, el dice que va de culo... subirá el álbum a Picassa
La visita nos llevó toda la tarde, y cuando salimos había unos barriles para poder degustar moscatel, ¡ummm que buenísimo! Miauuuu! Miauuuu! ¡Qué ricooo! Uy ya me han pillado! Ahora me toca el rollo de que soy una gatita muy pequeñita y que mucho moscatel me va a sentar mal. ¡Que ya lo sé! ¡Que tenéis razón! ¡Que sólo he mojado los bigotes!
Continuará…
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