Me empezaron a llamar GALA, les he entendido algo de una gatita que se fue y que la echaban de menos, así que creo que me han puesto su nombre, me gusta la elección.
Las horas siguientes a mi llegada fueron increíbles, nos levantamos en plena noche me metieron en una mochila, el señor me llevaba en sus hombros, apenas se veía nada, nos subimos a un coche y nos fuimos, yo pensé ¡esto promete! Una vida de aventuras, que bien. Después de varias horas llegamos a una sala muy grande, bueno a lo mejor no era tanto, pero las proporciones dependen del tamaño de cada uno y yo como soy pequeñita me pareció muy grande, ahí fue cuando el señor dijo que íbamos a volar, ¿a volar? ¡No! Estos dos están locos, aventuras sí, pero volar no, que yo soy una gatita, no tengo alas, y ellos tampoco que por más que les miro no les veo alas, estos humanos están chiflados.
Después sucedió todo muy rápido, me posaron en una cinta que se movía sola y se adentraba hacia una caja, dentro estaba todo oscuro, cuando salí por el otro lado, volví a verlos, el señor me recogió, ¡uf que alivio! Pensé que me dejaban allí y lo de vivir varias vidas está bien, pero que sean un poquito más largas cada una que si no, no me da tiempo a nada.
Me sacaron muchas fotos y vídeos, y me enseñaron un cacharro de metal muy grande que sí tenía alas, eran parecidas a las de los pájaros, que esos sí que los conozco, jijijiji, algún día cazaré alguno, pero bueno volviendo al tema, las alas de este monstruo de metal no se mueven, según estos dos que ahora han empezado a decir que son mi papa y mi mama, ¡ja!, no lo tengo yo tan claro, hasta que compruebe la vida que llevan, porque menudo trajín que se traen desde que los conozco, dicen que aunque no se muevan el aparato este con mas de mil kilos de peso vuela, bueno eso lo dice ella muy convencida, él creo que le pasa lo que a mi no lo tiene muy claro, porque además no deja de repetir: “Gala y yo estamos muy tranquilos” que digo yo, que hable por él, porque yo tranquila, tranquila, no estoy.
Entramos dentro del cacharro con alas, que ahora ya sé que se llama avión, me sentaron y me abrocharon el cinturón, en la foto estoy muy guapa, y después de que un chico nos explicara qué hacer si aquello se caía, que no entiendo muy bien todo lo que dijo, porque el chaleco que se supone que hay, no se sabe dónde, porque puede estar debajo del asiento o encima en el techo, no lo dejan claro, ¡ah! y después ponerlo y soplar por un tubo para que se hinche, y que no se nos olvide la mascarilla que aparecerá por el techo y una luces para ir por ellas arrastrándose por el pasillo hasta la puerta de emergencia, claro que nosotros estamos sentados donde la puerta, menos mal, así no tenemos que respirar, soplar, arrastrarnos, todo a la vez. Pero si tenemos que tirar de una palanca para abrir la puerta de emergencia, ¡puf que lío!, mira yo creo que todo esto es para tenernos entretenidos mientras caemos, porque si esto cae va dar igual lo que hagamos, según Fede y Susana, ellos piensan fumar un cigarrin, que no creen que moleste a nadie ya.
¡Volamos! ¡Qué bien!, esto es muy divertido, se ven las nubes, todo blanco, es un mundo diferente, y abajo a lo lejos se ve la tierra, los colores y las luces, al final esto de volar va a estar bien y estos dos van a resultar ser buenos compañeros de viaje, de este viaje que me han dicho que el destino es Mallorca y del de mi segunda vida.
.Continuara….
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